La fábula de la eficiencia energética

La eficiencia energética puede resumirse como una relación entre el consumo energético y el confort obtenido. Decimos que algo es eficiente cuando consigue mayor confort reduciendo el consumo de energía, siendo por lo tanto más productivo. De manera más sencilla:

Objetivo de la eficiencia energética:

+ Confort

– Consumo energético

 
Voy a utilizar el clásico ejemplo de la mosca para darnos cuenta de un error que comúnmente se comete al hablar de “cosas eficientes”. Espero que por absurdo, quede en vuestras memorias:

Estas durmiendo plácidamente la siesta cuando una mosca se posa en tu cara. Como esto te cabrea, agarras un martillo y destrozas todo aquello dónde se posa la mosca hasta que haces diana. No parece muy lógico ¿verdad? Una persona civilizada utilizaría un matamoscas, que parece más razonable.
 
Realmente en términos de efectividad, la mosca estaría muerta de ambas maneras. Las dos son efectivas porque consiguen su objetivo. Entonces, ¿qué método sería el más eficiente? Ninguno de los anteriores. Lo más eficiente sería poner una mosquitera en la ventana, ahorrarnos el cabreo y dormir tranquilos. Al fin y al cabo, estamos evitando el problema antes de que ocurra. Eso es ser eficiente.
Para establecer un paralelismo entre la fábula y la eficiencia energética en el hogar, la mosca serían aquellos momentos en los que no se está confortable en casa. Simplificando, por debajo de 21ºC en invierno y por encima de 26ºC en verano. Nuestro objetivo, llegar a esas temperaturas consideradas de confort, y lo más eficiente sería que nuestros sistemas de calefacción y refrigeración tuvieran que encenderse lo menos posible. Entonces, solo entonces, procurar que estos aparatos sean los más eficientes.
El error del que hablaba antes es el de pensar que para ser eficientes hay que contar con máquinas muy sofisticadas, caras y complejos sistemas. Se pueden aplicar multitud de estrategias bioclimáticas y criterios que reduzcan desde el propio diseño de los edificios el consumo energético.
Espero que nadie me malinterprete, por supuesto que los sistemas tienen mucho que decir en la eficiencia, pero lo primero que se debe disminuir, en mi opinión, es la demanda energética. En la siguiente entrada abordaré este tema y los parámetros que influyen en ella. Para terminar, os dejo unas imágenes que también expresan de maravilla la idea de eficiencia energética.
Sistema efectivo pero complejo y costoso

 

Un esfuerzo meritorio, pero poco eficiente