Demanda energética; el factor más importante
Como decía en el post anterior, la demanda energéticaes la energía necesaria para mantener en el interior del edificio unas condiciones de confort higrotérmico, lumínicoy de habitabilidad. Esta demanda se compone de la producción de agua caliente sanitaria, las necesidades de calefacción, refrigeración, así como una adecuada iluminación y ventilación. Los factores que influyen en la demanda energética son los siguientes:
Zona Climática y ubicación: En función de las condiciones climáticas de la zona en la que se encuentre el edificio variarán las demandas de calefacción y refrigeración. Por ejemplo, será necesaria más energía para calefacción en una localidad fría y montañosa que en un clima más templado. También influye la situación. No es igual tener edificios a los lados en el centro que tener una casa aislada a las afueras.
Uso del edificio:Otro factor importante, sobre todo en edificios terciarios (hospitales, oficinas, educativos, centros comerciales) es el uso que se prevea. En estos edificios existen horarios que condicionan el funcionamiento del mismo. Estas demandas son difíciles de calcular porque incluyen la influencia de ordenadores, máquinas, gente, lámparas…
Composición de la envolvente: La envolvente se compone de las fachadas, cubiertas, suelos, huecos y puentes térmicos. Esta envoltura es la que nos separa del ambiente exterior y por la que se pierde/gana calor. Dependiendo de su composición, seremos capaces de mantener las condiciones interiores estables y reducir la necesidad de utilizar energía.
Diseño del edificio:Otro aspecto fundamental que afecta a la demanda es el diseño. El aprovechamiento de las orientaciones, las condiciones climáticas como el viento, la lluvia, el sol y la tierra son esenciales para reducir la demanda energética de un edificio. Si quieres saber más sobre esto, puedes leer mi artículo con esquemas muy sencillos sobre estrategias bioclimáticas.
Como conclusión, vemos que hay factores en los que es difícil actuar para reducir la demanda energética. El clima, la ubicación y el uso de un edificio son condicionantes que apenas podemos adecuar a la hora de diseñarlo. Sin embargo, tenemos una gran responsabilidad a la hora de proyectar la envolvente de un edificio con la posibilidad de utilizar ciertas estrategias que reduzcan consumo energético.