El mejor regalo de reyes que jamás tuve

A nadie se le escapa que mañana veremos toneladas de regalos por todas partes. Pensando en ello, si yo tuviese que regalar algo a mis hijos, estoy seguro de que me plantearía muy seriamente algunas cuestiones. ¿Cuánto tiempo jugará con eso? ¿De verdad aprenderá con esos juguetes nuevos y flamantes? ¿Los desechará cuando ya no estén de moda? Y claro, me da por hacer memoria y recordar el juego con el que más jugué de pequeño, y sobre todo, con el que más aprendí: K’nex.

 

Este «juguete» es un conjunto de barras y conectores de distintos tamaños y colores que pueden acoplarse entre sí de múltiples formas. Esta versión de juego de construcción, menos afamada que Lego, necesita a mi juicio un toque más de ingenio. Yo no tenía personas ni coches para completar mis ciudades, así que podía crearlo todo desde cero. A mi voluntad. Además, se incluyen algunos accesorios como ruedas, barras flexibles, cadenas… según el kit. Las posibilidades son infinitas. Hay tantas como piezas tengas a tu disposición.

 

Si lo que se desea es promover el aprendizaje, la creatividad y la imaginación de los pequeños, un regalo así es la solución ideal. Es por esto que si algún día tengo que hacer un regalo a un niño, no dudaré un instante y buscaré una caja suficientemente grande como para construir varios objetos similares, porque me dará envidia y querré hacer mi propio modelo.